¿Qué es el ébola?
El ébola es un virus y
también una enfermedad. La enfermedad por virus del ébola (EVE) es infecciosa
viral y produce fiebre hemorrágica en humanos y primates. El virus del ébola
fue descrito por primera vez en 1976 por el Dr. Finkes tras darse varios casos
en Sudán y República Democrática del Congo. Debe su nombre al río Ébola,
geográficamente ubicado en la zona en la que se conocieron los primeros casos.
¿Cuáles son los síntomas del ébola?
La infección por el virus
del ébola provoca fiebre (de más de 38,6º), dolor de estómago, debilidad y
dolor de músculos, cabeza y garganta. Pueden aparecer vómitos, diarrea,
erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y hemorragias internas y
externas. Su tasa de letalidad es alta, pero ésta depende del tipo de virus. El
periodo de incubación varía de 2 a 21 días.
¿Cómo se transmite el ébola?
El ébola se transmite entre
humanos por contacto directo con sangre, secreciones, órganos o fluidos
corporales contaminados (orina, heces, saliva, mocos, semen...), según describe
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es importante conocer que se
trasmite cuando aparecen los primeros síntomas, por lo aquellas personas
contagiadas que no han mostrado sintomatología no transmiten la infección. En
los casos en los que se realiza un contacto directo con los cadáveres afectados
también existe riesgo de transmisión. No se contagia por el aire. Se transmite
a los humanos a través del contacto con un animal huésped infectado vivo o
muerto (monos, murciélagos, antílopes…) y se transmite de persona a persona por
el contacto con los fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto
con equipo médico contaminado o elementos que hayan estado en contacto con esos
fluidos como sábanas, ropa o agujas usadas.
¿Qué personas podrían estar en riesgo de contraer ébola?
Se considera que las
personas que tienen riesgo de contraer ébola con antecedentes de viajes a África
subsahariana, personas que cuidan a pacientes infectados y personas que se
encuentren en contacto con primates infectados de origen africano.
¿Cómo se puede prevenir la infección por ébola?
El riesgo de infección se
reduce evitando el contacto con sangre o fluidos corporales potencialmente
contaminados. Ante un brote de ébola se recomienda utilizar guantes y otras
prendas protectoras para manipular animales como los murciélagos de la fruta o
los monos. Los productos deben cocinarse apropiadamente antes de su consumo. Se
debe evitar el contacto físico estrecho con pacientes infectados y deben
utilizarse guantes y un equipo de protección adecuado para atender a los
enfermos. Se recomienda lavarse las manos con asiduidad. Los enfermos que han
fallecido a causa de la infección deben ser sepultados de manera segura (sin
contacto directo con otras personas) y rápidamente. También se aconseja adoptar
medidas de precaución en granjas de cerdos para evitar un brote derivado de su
contacto con murciélagos de la fruta. Hay que tener en cuenta que la
transmisión por semen infectado puede producirse hasta siete semanas después de
la recuperación clínica.
¿Cómo se diagnostica el ébola?
Puede confundirse con otros
problemas, como el paludismo, el cólera, la peste, la fiebre tifoidea u otras
fiebres de tipo hemorrágico. Para confirmar la enfermedad son necesarias
pruebas de laboratorio, como aislamiento del virus mediante cultivo celular,
pruebas de inmunoadsorción enzimática (ELISA), detección de antígenos, seroneutralización
y reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa inversa.
¿Hay tratamiento para el ébola? ¿Cómo se cura el ébola?
Por el momento no hay ningún
tratamiento específico ni vacuna disponible (hay algunos proyectos en
experimentación, como el ZMapp, pero actualmente no existen existencias de este
tratamiento). Desde la OMS aseguran que algunos pacientes se recuperan con la
atención médica adecuada. Los sanitarios se centran así en paliar los síntomas
de la enfermedad, sobre todo la deshidratación, que es uno de los más
evidentes.
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