Un cutis más joven y resplandeciente; unas
pestañas gruesas, largas y abundantes; unos labios voluminosos; unos ojos
grandes y brillantes, y una piel hidratada y sin brillos. ¿Quién no querría un
rostro así, sano y bello?
En este artículo te explicamos qué remedios
caseros, sencillos y naturales te ayudarán a conseguirlo. Sólo necesitarás un
poco de paciencia y constancia. ¡Pruébalos y embellece tu rostro en poco
tiempo!
Cutis joven
Para conseguir que el cutis tenga un aspecto
rejuvenecido, sonrosado y resplandeciente podemos contar con una excelente
planta medicinal usada para múltiples remedios de belleza desde hace muchas
décadas: el romero.
Esta planta mejora la circulación sanguínea y
por lo tanto tonifica y da firmeza y vitalidad a la piel.
¿Y cómo
nos lo aplicamos?
Podemos comprar en un herbolario un aceite
esencial de romero (cuidado que no sea una esencia artificial aromática, sino
realmente un aceite extraído de la planta) y añadir 15 gotas en 50 ml de agua.
Lo agitaremos antes de usarlo y lo aplicaremos sobre el rostro con un
vaporizador o con un algodón humedecido.
Otra opción consiste en recoger directamente
el romero fresco y ponerlo a macerar en vinagre de manzana durante al menos 15
días. Después colaremos la mezcla, le añadiremos la misma cantidad de agua
natural, y ya estará listo para usar.
Finalmente, la tercera alternativa consiste
en preparar una infusión concentrada con el romero fresco o seco. Esta infusión
la usaremos durante un máximo de una semana, manteniéndola en la nevera.
Aplicaremos esta agua de romero diariamente
un par de veces, al levantarnos y antes de acostarnos, siempre antes de aplicar
cualquier crema y después de dejar que la piel lo absorba.
Pestañas gruesas y largas
Unas pestañas gruesas, largas y abundantes
cambian totalmente el aspecto de nuestra mirada. La vuelven más femenina y
atractiva, y además le dan protagonismo a nuestros ojos incluso cuando no están
maquillados.
El remedio de belleza de nuestras abuelas
para fortalecer las pestañas se basa en el aceite de ricino, un aceite muy
espeso y nutritivo que deberemos aplicar a nuestras pestañas cada noche antes
de acostarnos.
La manera más práctica de hacerlo es usando
un antiguo envase de máscara de pestañas u otro tipo de pincelito. No pondremos
demasiada cantidad para evitar que llegue al ojo y nos lo pueda irritar.
Labios voluminosos
Muchas mujeres se operan los labios para
darles más volumen, y muchas desconocen que hay algunos trucos de belleza para
darles un aspecto más grande y carnoso.
Además de hidratarlos siempre, te explicamos
cómo puedes masajearlos para darles volumen y color en pocos minutos.
¿Cómo
lo hacemos?
Aplicaremos un poco de aceite vegetal sobre
los labios.
Taparemos toda nuestra boca con una mano y la
arrastraremos horizontalmente hacia el lado externo, masajeando no sólo los
labios sino la zona de alrededor, que también suele tener tensión y es donde
suelen aparecer arrugas.
A continuación haremos lo mismo con la otra
mano, y por lo tanto en la otra dirección.
Lo repetiremos 10 veces con cada mano.
Ojos grandes
Las tensiones faciales y los problemas de
visión, entre otros, hacen que nuestros ojos se vayan empequeñeciendo y
rodeando de arrugas. Para evitarlo, además de revisar nuestra vista para usar
las gafas o lentillas adecuadas, realizaremos un ejercicio para relajar
nuestros ojos y toda la musculatura que los rodea.
Lo realizaremos frotando nuestras manos para
que entren en calor y apoyando los ojos cerrados en la palma de las manos
durante unos minutos. Notaremos como los ojos se relajan, así como la piel que
hay alrededor, y que suele mostrar las primeras arrugas faciales.
Además, también podemos apretar fuertemente
los ojos y relajarlos varias veces al día, para evitar acumular más tensión en
esa zona.
Piel hidratada
Finalmente no nos olvidemos de mantener
siempre nuestra piel hidratada. La mejor manera es usar aceites vegetales
adecuados a nuestra piel:
·
Aceite
de rosa mosqueta u oliva para pieles secas.
·
Aceite
de jojoba para pieles mixtas.
·
Aceite
de coco mezclado con aloe vera para pieles grasas.
También podemos acostumbrarnos a usar las
peladuras de las frutas y verduras para pasarlas por la piel de nuestro rostro
mientras cocinamos. Recomendamos especialmente la de la manzana, la del pepino,
la del calabacín o la del aguacate.
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