Los riñones cumplen
funciones muy importantes en nuestro cuerpo: eliminan residuos tóxicos de la
sangre y producen hormonas que ayudan a controlar la presión arterial, a
generar glóbulos rojos y a mantener la buena salud de los huesos.
SÍNTOMAS DE UN RIÑÓN ENFERMO
Cambios de micción: cuando
los riñones fallan, la orina cambia. Tal vez tengas que levantarte durante la
noche para ir al baño, el líquido sea espumoso o con burbujas, tienes que
orinar más veces o en mayores cantidades y la orina es pálida o todo lo contrario,
pasan muchas horas y es oscura, contiene sangre, piensas que no puedes aguantar
o tienes dificultades, estrechez en la parte inferior de la pelvis o mucha
presión.
Hinchazón: cuando
los riñones son insuficientes no pueden deshacerse de los fluidos adicionales,
por lo que se acumulan en el cuerpo ocasionando inflamación en las piernas, los
tobillos, las manos y el rostro.
Fatiga: Los
riñones al estar sanos producen una hormona que se llama eritropoyetina. Es la
responsable de que el organismo cree glóbulos rojos, los encargados de
transportar el oxígeno hacia la sangre. A medida que los órganos renales van
fallando, también disminuye la producción de esta hormona. Entonces, los
músculos y la mente se cansa más rápido que lo habitual. Los pacientes no tienen
energía ni ganas de hacer nada, duermen mucho, están agotados, debilitados,
exhaustos sin demasiado esfuerzo. Se conoce este cuadro como anemia y también
se puede deber a una falta de hierro en la alimentación.
Erupción cutánea o picor: los
desechos de la sangre son eliminados a través de los riñones. Cuando éstos no
funcionan correctamente, se van acumulando en el torrente sanguíneo y pueden
ocasionar picores fuertes, que van más allá de la piel, se sienten en los
músculos o los huesos.
Sabor metálico en la boca o aliento a amoníaco: cuando se acumulan los desechos en la sangre
(es decir, uremia), el sabor de los alimentos puede cambiar y provocar
halitosis. También algunos pacientes se dan cuenta de que ya no les gusta el
sabor de la carne o que pierden peso porque no tienen deseos de comer. El gusto
en la boca en cualquier momento del día es asqueroso y no se va por cepillarse
los dientes, hacer buches, comer chicle, etc.
Náuseas y vómitos: nuevamente
por causa de la uremia. También puede ocasionar pérdida de apetito, adelgazar
varios kilos, el estómago que no puede retener alimentos ni siquiera líquidos o
medicamentos. Todo es rechazado.
Falta de aliento: es
decir, dificultad para respirar. Esto puede estar relacionado a una falla en
los pulmones de dos formas diferentes. En primer lugar, porque el fluido extra
que ellos no pueden eliminar se está acumulando en los pulmones y en segundo
porque la anemia (falta de glóbulos rojos que transportan oxígeno a la sangre)
dejan al organismo debilitado y con falta de aliento. Puede experimentarse sin
necesidad de hacer ejercicio o un esfuerzo, sólo estando sentado o acostado,
sin hacer nada más.
Sentir mucho frío en cualquier época del año: la
anemia puede hacer que una persona sufra del frío aún cuando el ambiente está
calefaccionado, se encuentre bien abrigado o haya varias frazadas en su cama.
Tampoco cesa por beber un té o un café bien caliente ni dándose un baño con
agua casi hirviendo. Puede ocurrir que en verano con altas temperaturas la
persona también sienta mucho frío en su casa o en la calle o el trabajo.
Escalofríos, entumecimientos de los miembros, sudor frío son otros síntomas
relacionados.
Mareos y problemas para concentrarse: la
anemia causada por la insuficiencia renal quiere decir que la mente no está
recibiendo la cantidad de oxígeno que necesita. Esto puede traer como
consecuencia inconvenientes para recordar algo o memorizar, mareos, poca
concentración en cualquier tarea que se está haciendo, dispersión, poca
atención cuando se le habla, etc. No poder recordar lo que se hizo la semana
anterior, el nombre de un familiar, sentirse mareado todo el tiempo, etc.
Dolor en la espalda: algunas
personas que padecen problemas renales y no lo saben lo pueden atribuir a un
gran esfuerzo, una mala postura en el trabajo o hasta dormir mal a la noche.
Sin embargo, cuando este dolor se mantienen quiere decir otra cosa. La
molestia, punción o hasta calambres se localizan en la parte baja de la espalda
o en el costado del cuerpo. A veces el dolor llega hasta una de las piernas o
ambas. Si el paciente padece una poliquistosis renal (es decir, una acumulación
de quistes en los riñones o el hígado) también puede sufrir grandes dolores en
la zona.
Para cuidar tus riñones y
evitar la enfermedad renal crónica, es importante llevar una dieta equilibrada,
controlar la diabetes y la hipertensión y realizarse controles periódicos.
Continúa leyendo para saber qué es la enfermedad renal crónica, cuáles son los
factores de riesgo y qué puedes hacer para mantener tus riñones sanos.
1. Qué es la enfermedad renal crónica (ERC).
Cuando una persona sufre
enfermedad renal crónica, sus riñones van perdiendo gradualmente su
funcionalidad, en un proceso que generalmente es irreversible. Sin embargo, si
es detectada precozmente, muchas veces es posible detener o enlentecer el
progreso de la enfermedad.
2. Principales factores de riesgo.
Los principales factores de
riesgo para la ERC son los siguientes:
Diabetes. Es la principal
causa de ERC. En las personas diabéticas que no se controlan adecuadamente, los
pequeños vasos sanguíneos del riñón se deterioran, reduciendo la funcionalidad
del mismo. Si el nivel de azúcar en sangre está bien controlado, los riñones no
se enfermarán.
Hipertensión arterial. Es la
segunda causa de ERC. Mantener la presión arterial dentro de límites normales
ayudará a mantener tus riñones sanos.
Enfermedades
cardiovasculares. Pueden afectar la funcionalidad del riñón.
Antecedentes familiares.
Algunas personas tienen predisposición genética para desarrollar ERC. Si tienes
parientes cercanos con esta enfermedad, debes estar atento y controlarte
periódicamente.
Sedentarismo, Tabaquismo y
Obesidad. Un estilo de vida poco saludable puede afectar la función renal.
3. En etapas tempranas, la ERC no produce síntomas.
Cuando la enfermedad está
comenzando y el daño renal es mínimo, el paciente no presenta síntomas. Por eso
es tan importante conocer los factores de riesgo y realizarse controles
frecuentes. La funcionalidad renal que se ha perdido ya no se puede recuperar.
Sin embargo, si se detecta precozmente, es posible detener el avance de la
enfermedad. De lo contrario, la ERC avanza y el paciente puede necesitar
diálisis y trasplante renal.
4. Cómo detectar precozmente la ERC.
Con un sencillo examen de
sangre (nivel de creatinina) y de orina (examen de proteínas en orina) es
posible detectar tempranamente la ERC. Consulta a tu médico para que te indique
estos exámenes. Se deben realizar con cierta frecuencia, la cual dependerá de
los factores de riesgo que tengas.
5. Alimentación para tener riñones sanos.
Seguir estas pautas de
alimentación ayudará a que tus riñones permanezcan sanos por más tiempo,
especialmente si ya tienes algún grado de ERC.
No
agregues sal a tus comidas. El sodio aumenta la presión arterial y
eso no es bueno para tus riñones. Cocina sin sal y evita los alimentos ricos en
sodio (embutidos, comidas enlatadas, sopas instantáneas, etc.)
Evita
los aceites y las grasas. En lugar de freír los alimentos, elige
otras formas de cocción: Hervido, a la plancha, al horno, etc.
Proteínas,
con moderación. El médico o el nutricionista te recomendarán
el consumo de una cierta cantidad de proteínas diariamente, y no debes superar
ese límite, para que la ERC no avance.
Beber
agua. Tomar dos litros de agua diariamente ayudará a mantener
tus riñones sanos, especialmente si tienes litiasis (cálculos renales) o
infecciones urinarias recurrentes.
En resumen, si tienes
factores de riesgo para la Enfermedad Renal Crónica (ERC), consulta a tu médico
y sigue sus indicaciones al pie de la letra, así podrás mantener tus riñones
sanos por más tiempo.
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