Para esos días en los que
tus ojos reflejan que no dormiste bien, el corrector se convierte en la mejor
de tus armas, pues equilibra y da luz a tu mirada. Hay muchos tonos, pero los
más adecuados para cubrir las ojeras son:
Amarillo: Ideal para desaparecer las ojeras violetas o
muy oscuras. Además, también te ayuda a deshacerte de las manchitas en tu piel.
Salmón: Si
tu tez es muy clara y tus ojeras tienden a adquirir un tono azulado, este color
será tu aliado para difuminarlas.
Rosado o tono piel:
Disimula las que no están muy marcadas y ayuda a unificar el tono de tu
cutis.
Una vez que hayas elegido el color que va mejor con tu problema,
deberás usarlo así:
Tu cutis debe estar
perfectamente humectado y limpio.
Coloca un poco de producto
en un pincel tu dedo anular y espárcelo con pequeños toquecitos en el la parte
inferior de tus ojos, no arrastres tu dedo, pues lo único que conseguirás será
eliminar el corrector.
La clave es difuminar muy
bien para que luzca natural, continúa haciéndolo con ligeros golpecitos, ten
especial cuidado en las orillas, trata de que el producto se funda muy bien en
tu piel.
Siempre aplica una pequeña
cantidad de corrector, después, si lo necesitas, puedes utilizar un poco más.
Con una brocha, da una
pincelada de polvos translúcidos para sellar el corrector y que éste dure más
tiempo.
Ahora estás lista para
continuar con tu rutina de maquillaje: un toque de polvo facial, blush,
delineador y rímel, serán suficientes para darte una apariencia descansada y
fresca.
¿Sabías que…?
La fuerza de tu dedo anular es menor que la de
tu índice, por eso se recomienda aplicar el corrector con el anular, así
evitarás romper accidentalmente las venitas o vasitos sanguíneos de esta
delicada zona, previniendo la aparición de arrugas prematuras.
Y como consejo final, NUNCA
de los nuncas optes por un corrector BLANCO para disimular las ojeras, pues sólo
conseguirás que se hagan más notorias
No hay comentarios:
Publicar un comentario