La acupuntura es empleada
como método curativo desde hace siglos por la medicina tradicional china, que
se basa en la creencia de que el cuerpo humano es un sistema de flujos de
energía, y entiende la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio de
la energía vital que circula por el organismo, denominada qi. La tarea del
acupuntor consiste en determinar el problema y señalar las zonas en las que se
ha alterado ese flujo de energía para utilizar su técnica sobre ellas y, de
este modo, restablecer el equilibrio perdido.
En Occidente la acupuntura
es objeto de numerosas controversias entre sus defensores y sus detractores. Lo
cierto es que hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido la
eficacia de esta técnica en el tratamiento de algunas afecciones, si bien
advierte que el mal uso de ciertas técnicas de medicina tradicional o
alternativa “puede tener efectos dañinos o incluso perjudiciales para la
salud”, y que los pacientes deben estar bien informados de los beneficios y
riesgos inherentes a cualquier tipo de tratamiento.
En este sentido, los
expertos aconsejan tener mucho cuidado y ponerse siempre en manos de
profesionales sanitarios, que tengan una formación adecuada en acupuntura, y
destacan la necesidad de una legislación que regule su práctica.
En qué consiste la acupuntura
Según la medicina
tradicional china el dolor y la enfermedad se originan a consecuencia de un
desequilibrio entre las dos fuerzas que rigen el cuerpo humano, el ying y el
yang; y este desequilibrio bloquea el flujo de la energía vital, o qi. La
acupuntura consiste en insertar una serie de agujas muy finas en la piel del
paciente, a distintas profundidades, para estimular puntos específicos del
cuerpo, con el fin de restaurar el flujo y equilibrio de energía en el interior
del organismo.
Las agujas, que
habitualmente se introducen a una profundidad de entre uno y tres centímetros
(que pueden llegar a alcanzar cinco o seis centímetros de profundidad en
determinados casos), pueden ser operadas con las manos después de su
colocación, o también mediante estímulos eléctricos o aplicación de calor
(moxibustión), dependiendo siempre del síntoma o afección que se esté tratando.
Existen 2.000 puntos de
acupuntura conectados por 'meridianos' (canales que distribuyen la energía por
el cuerpo), cada uno de los cuales se corresponde con un órgano o sistema
orgánico. Todavía no se conoce con exactitud cómo funciona la acupuntura, pero
se ha comprobado que actúa sobre el sistema nervioso y estimula la liberación
de endorfinas (sustancias con capacidad analgésica) y la actividad de las
células del sistema inmunológico.
Algunos estudios han
descubierto que la acupuntura es capaz de alterar la química del cerebro,
influyendo en la liberación de neurotransmisores y hormonas, y modificando las
funciones del sistema nervioso relacionadas con mecanismos involuntarios del
organismo como el flujo sanguíneo, la presión arterial, las reacciones
inmunológicas...
Indicaciones de la acupuntura
Se puede decir que la
acupuntura estimula la capacidad natural del organismo para luchar contra
ciertos trastornos, aunque no puede sustituir a otros tratamientos como
antibióticos o cirugía, en los casos en que se precisa su uso. Además, resulta
especialmente eficaz en el tratamiento del dolor, ya que favorece que el
organismo libere una serie de sustancias químicas que reducen, o incluso
eliminan, las sensaciones dolorosas.
Muchos estudios avalan la
efectividad de la acupuntura en el tratamiento del dolor, y está indicado su
uso, por ejemplo, para aliviar el dolor postoperatorio. También se emplea en
afecciones como sinusitis, asma, migraña, neuralgia del trigémino, dolor de
muelas o tras una extracción dental, síndrome premenstrual y dismenorrea,
ciática, lumbalgia, artrosis, problemas gastrointestinales, insomnio...
La acupuntura se emplea
también en el tratamiento de la obesidad, afección que se ha convertido en una
auténtica epidemia en los países occidentales. La acupuntura en este caso ayuda
a liberar endorfinas, que tienen un efecto calmante que favorece la relajación
del paciente, y le liberan del estrés y la ansiedad que pueden empujarle a
consumir alimentos de manera compulsiva y a cometer excesos. Con el
tratamiento, además, los pacientes tienen una sensación de saciedad que les
permite reducir la ingesta de alimentos con menor esfuerzo.
Sin embargo, hay que
advertir que para que esta terapia surta el efecto deseado, se debe acompañar
de un cambio en los hábitos de vida del paciente, tanto de su dieta como de su
nivel de actividad, que deben mantenerse después del tratamiento para evitar recuperar
el peso perdido.
Riesgos de la acupuntura
Los riesgos de someterse a
sesiones de acupuntura son mínimos y, cuando se producen efectos indeseados,
están asociados a una inadecuada manipulación de las agujas, que puede originar
lesiones en órganos o estructuras cercanos. Con una correcta esterilización,
tanto del material empleado, como de las zonas a tratar, desaparece la
posibilidad de contagio de enfermedades.
En cualquier caso, es
necesario informar al médico acupuntor de cualquier circunstancia que afecte al
paciente, como embarazo, uso de marcapasos, adicciones, padecer un proceso
infeccioso, etcétera con el in de reducir los riesgos de la acupuntura.
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